miércoles, junio 06, 2007

Denigrante

Compras, luego existes.

En repetidas ocasiones mi esposa ha intentado convencerme de que le permita manejar mi auto, petición a la que siempre le contesto:

Nadie maneja mi auto.

Una de esas salidas a comer y una vez que llegamos al lugar elegido, el valet parking procedió a retirar el auto como es costumbre.

Mientras el vehículo se alejaba , mi amada preguntó:
—Si nadie maneja tu auto, ¿Por qué a el si lo dejas?

Respondí sonriendo, complacido:

Míralo bien. El es nadie.


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