Denigrante
En repetidas ocasiones mi esposa ha intentado convencerme de que le permita manejar mi auto, petición a la que siempre le contesto:
Nadie maneja mi auto.
Una de esas salidas a comer y una vez que llegamos al lugar elegido, el valet parking procedió a retirar el auto como es costumbre.
Mientras el vehículo se alejaba , mi amada preguntó:
—Si nadie maneja tu auto, ¿Por qué a el si lo dejas?
Respondí sonriendo, complacido:
Míralo bien. El es nadie.
Etiquetas: Mi diario, Verdad absoluta
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