martes, enero 16, 2007

Décimo tercer misterio

Es un lujo, pero creo que lo valgo.

Sabiendo que hay algunos tan feos que ni las hienas se los comerían, inventé el dinero.

Y para que pudieras usar el dinero, decidí crear las pieles, los autos, las joyas, los yates y toda una serie de accesorios para garantizarte éxito con las hembras de tu especie.

Desafortunadamente, estaba tan ocupado inventando cosas materiales que se me olvidó proporcionarte un cerebro.

Pero no te preocupes, con dinero casi no se nota.



He abierto tus ojos.

Se te ha revelado el décimo tercer misterio.

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