martes, diciembre 12, 2006

Décimo segundo misterio

Incentivo

Si todas las mujeres fueran hermosas, la vida sería simple.

Sin importar lo mal que vistieras, lo mal parecido que fueras o el poco poder económico que hubieses alcanzado, siempre terminarías al lado de una hermosa dama.

El dinero o las posesiones materiales no tendrían sentido alguno pues sin importar tus recursos, lo peor que podría suceder es que terminaras del brazo de una bella hembra.

Así pues, no habría incentivo para trabajar, amasar fortunas o sobresalir en ningún área.

Lentamente terminaríamos por ser todos iguales.

Aburrido, monótono. Grotesco.

Es pues, que debes agradecer que existen las mujeres feas, pues gracias a ellas existe la competencia. Los hombres trabajan, se esfuerzan, inventan y siguen adelante en busca de algo mejor, algo novedoso.

Lo que sea necesario con tal de sobresalir entre la multitud y evitar caer en las garras de las hijas de Medusa.

Extraña dualidad. Despreciadas pero necesarias.

Marx no las tomó en cuenta en su teoría y así condenó al socialismo al más rotundo de los fracasos.

Lee, toma nota y aprende. Agradece que existan las feas, pues sin ellas nada de lo que conoces existiría.


He abierto tus ojos.

Se te ha revelado el décimo segundo misterio.

Etiquetas: , , ,