miércoles, agosto 30, 2006

Consejero

Desayuno en la cama


Infinidad de ocasiones te han dicho que lo menos importante de una mujer es la belleza exterior.

Y entonces llega el dolor asociado con la dificultad de elegir. Por una parte, buscas una dama de nobles sentimientos y sinceridad a toda prueba que en tu retorcida concepción del mundo, seguramente pesa lo mismo que una Hummer. En el otro extremo, tu lado animal ordena hallar un suculento manjar sexual sin importar si es que acaso en su cráneo se aloja alguna mínima actividad sináptica.

Así llega el matrimonio y decides unirte a una vaca buena, pues al paso del tiempo la belleza será reemplazada por una gorda inhumana. —Pero eso si, de buenos sentimientos—

Grave error. Las feas con el tiempo, se ponen todavía más horrendas.

Busca menos amor y verás que puedes ser feliz sin remordimientos.

Nunca intenté hallar nobleza alguna en la mujer, de hecho, me casé con la más hermosa que pude hallar.

Resultado ?

Cada noche me acuesto de buen humor y despierto con la certeza de que puedo voltear sin temor a dañar mis retinas ante la presencia de Medusa.

El mundo no es blanco y negro. Hay personas lindas y estúpidas, nobles y feas, feas y horribles, agradables y atractivas, etc.

Las posibilidades son infinitas.

En lo personal me casé con una dama inteligente y bella aunque ciertamente, algo maligna…

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1 Comments:

Blogger Miss E. said...

jaja, total, ni mi pensaba casar,jaj...ahh, ni pedo, no todos somos para ciertas cosas,ja.

agosto 31, 2006 4:34 p.m.  

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