La bestia

Después de una ardua batalla, finalmente pudo ser contenida en la que desde ahora será su prisión.

El mecanismo se activa y todavía es posible verla retorciéndose, buscando una salida, intentando a toda costa escapar a su destino.

Araña las paredes del contenedor hasta que finalmente desaparece en medio del estruendo.

Sin embargo, es imposible cantar victoria pues de manera inevitable la bestia renacerá y la escena se repetirá una y otra vez.

Nada podrá detenerla. Ni siquiera todo el cereal con fibra del planeta.