Terapia

Estoy sentado mientras escucho con atención y sólo de vez en cuando miro pasar a la gente.
Tengo la certeza de que nadie puede escuchar aquellas voces que con claridad llegan a mi cabeza. La brisa cálida y el alcohol no tienen nada que ver.
Estiro el brazo y busco mi cerveza, tomo unos tragos y la deposito nuevamente en su lugar.
Ajusto con cuidado los audífonos, me recuesto y cierro los ojos.
Etiquetas: Mi diario
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