miércoles, julio 13, 2005

Sinbad el mareado

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Ahora que he completado mi colección de unidades de combate terrestre no tengo más opción que buscar nuevos horizontes.

Para ser honesto volar no es una de mis prioridades, así que la opción restante es hacerme a la mar y para ello debo encontrar un navío que me acompañe durante mis épicas aventuras.

Siguiendo con las confesiones debo mencionar que mis conocimientos de navegación son prácticamente nulos y aunque eso nunca me ha detenido en el pasado, no tengo más remedio que ingresar a la escuela de piratas so pena de repetir la tragedia del Titanic.

Como bono adicional, próximamente podré alardear de mi poderío naval y mi inigualable dominio de los siete mares, aunque definitivamente me conformo con poseer los conocimientos suficientes como para salir de pesca sin muertos ni heridos.

Sobra decir que existen muchas OTRAS ventajas.

Y para eso, el primer paso será encontrar algo que flote con estilo. Indudablemente mis hijos lo agradecerán en el futuro.

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