viernes, julio 29, 2005

No pasa nada

Los buenos excesivamente buenos y los malos endemoniadamente malos son propiedad exclusiva de las novelas. En la vida real los malos no somos tan malos.

Nos dedicamos a ver por nosotros mismos, buscamos de un modo u otro nuestra supervivencia pero también nos divertimos, hacemos amistades, nos sentimos tristes y ocasionalmente hasta hacemos una que otra buena acción. Nada fuera de lo ordinario.

Cuando se trata de hacer el bien, algunos buenos llegan a extremos insospechados para llevar paz y bienestar a los desvalidos, pero te aseguro que también tienen un lado oscuro al igual que todos.

A que viene todo esto? —te preguntarás

Pues sucede que para obtener equilibrio siempre debe haber seres de opuestas intenciones en conflicto, unos manipulando y los otros tratando de impedir los efectos de tales cambios.

De ese modo mientras nos dedicamos a inventar maneras de explotar a los explotables, en teoría debería haber resistencia y compromiso de la contraparte noble de la humanidad pero...

El equilibrio se ha roto y créeme, esta vez no he sido yo.

Manipulo, cambio y tomo lo que es de mi agrado pues se supone que eso es lo que hago mientras tu, el promotor de la paz y equidad mundial deberías oponerte vigorosamente, luchar y prepararte para una batalla campal en favor de los desprotegidos.

Pero en cambio te dedicas a ver la tele, tomar cerveza, fornicar las veces que puedas como si no hubiera un mañana y por las noches, —cuando sobra tiempo— pregonas lo mal distribuida que está la riqueza y te quedas dormido soñando con el cambio.

Ahora lo ves? ya comprobé que no eres tan noble como dices. Es obvio que alguien no está haciendo su trabajo.

Yo seguiré haciendo mi labor, si lo que sucede no es de tu agrado no me culpes. Sigue perdiendo el tiempo.

Por cierto... a ellos les queda poco.

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